For a minute there I lost myself, I lost myself
Florencia esta en un valle, pero un valle de verdad, no como Sevilla. Es decir,
que si te subes a las colinas que la rodean por un lado no solo ves Florencia,
sino que ves las colinas del otro lado, de manera que la vista es doblemente
espectacular. Pues bien, donde Radiohead daba su concierto, la plaza de
Michelangelo, esta precisamente en lo alto de una de esas colinas. Desde alli,
la vista es mas o menos esta, mas grande, claro, pero te parece que casi puedes
tocar la catedral con solo extender la mano.
Y si vas de tarde-noche (las puertas se abrieron a las 7, yo entre a las 8, los
teloneros, Low (unos primeros Coldplay wannabes) empezaron a las 8:30, Radiohead
a las 9:30) pues te das el placer de ver el atardecer completo hasta que solo
hay una franja de sangre tras las montannas y luego todas las luces de carretera
y villas de ricos colgando perdidas de la masa negra que adivinas enfrente.
En dos palabras juancarlosrejonescas, marco incomparable.
Pero es un marco que tampoco permite grandes multitudes. La plaza en si no es
demasiado grande y solo ocuparon un tercio. Un recinto que quiza seria como la
Plaza de San Francisco: no habria mucho mas de 50 metros entre el escenario y el
final, y yo, que estaba mas o menos a 55% de distancia, podia verlo todo
bastante bien y distinguir los gestos faciales de Thom Yorke, etc. Y la masa,
estaba agradablemente junta, para crear ese sentido de comunion preciso, y a la
vez no te aplastaban como en una bulla sevillana. Y claro, los 1.87 me permitian
ver de puta madre, la mayoria debo reconocer que no veia tan bien, pero bueno.
(Por cierto, que maravilla poder ver un concierto de pie entre la gente, que en
PJ estabamos todos sentaditos de lo mas modositos en un teatro como el Lope de
Vega, y con Coldplay la idea era la misma, bajo una carpa, solo que los que
estabamos fuera de la misma pudimos ponernos donde nos dio la gana… eso por no
mencionar lo que alegra tener a gente al lado poniendose de porros hasta arriba
de tal manera que la fresca brisa nocturna te aroma los sentidos pasivamente…).
Pues eso, tocaban dos noches seguidas (Florencia les encanta, me comentaba un
amigo florentino que todos los annos van a alla y escogen alguna plaza
fantastica como esta), y tras perdermelos la noche que llegue a Florencia, al dia
siguiente me cuentan que estan de puta madre, que toda la colina de marras,
llena de bares, estaba de gente hasta los topes oyendo el concierto, y que quiza
no esta sold out y que por que no pruebas y yo que subo en el calor de la
siesta, sudo, subo, sudo, llego y veo que a las 3:30 ya hay gente haciendo cola
para entrar y poder olerle los sobacos a Thom Yorke,
pero que alli no venden nada por ningun sitio, asi que me voy a seguir haciendo
de
turista por la zona, me meto en la esplendida San Miniato, me da un extasis
artistico (el primero de varios esa semana) y a la vuelta, tras pasar
admirativamente por la casa del Sennor, me veo que hay una cola, y medio
temblando de no se que le pregunto a uno alli tras la mesa que si venden
entradas, que si,
que cuanto es, que 34.5 (4.5 mas que por Internet… who cares?) y que cuantas
tienen, que 100, y con esta cola habria pa mi, claro, ponte. Y a las 5.30, tras
una breve y no muy estresante espera, aunque ya era el ultimo librito de
entradas, iba de bajada a Florencia con mi entrada como oro en panno, pasando
entre la gente que ya estaba cogiendo sitio para escuchar el concierto tras las
vallas de uralita.
Ah, amigo, pero es que el concierto es para verlo… y llego ya, tras larga,
tediosa y ya irritante introduccion a lo que de verdad te interesa. En dos
palabras, Radiohead son la polla. Son la polla. Son la polla. Supongo que ya
habras visto videos en directo. Pues son asi las dos horas. Sin parar. Comienzan
esta gira con There, there, segun he visto en los conciertos que hay disponibles
en Soulseek y luego tienen una cierta flexibilidad con las canciones. El
principio es espectacular, con Thom Yorke en el centro con guitarra, los dos
guitarristas a los lados aporreando tambores, para pasar despues a 2+2=5, que
cuando se acelera pone a todos los italianos que tenia delante a pegar botes y
lanzarse los unos contra otros en plan pogo. Las luces, sencillas, tubos
perpendiculares al suelo cubriendo el fondo del escenario: sencillas, pero muy
efectivas. Mas o menos inexistentes pero explotando en los cambios de ritmo,
estribillos y coros mas sentidos (verbigracia, en Lucky cuando Thom Yorke y todo
dios berreabamos lo de pull me out from the aircrash, pull me out from the lake.
.. o en practicamente todo The National Anthem por otros motivos).
El repertorio, fundamentalmente Hail to the Thief (que yo no habia escuchado
todavia, asi que me pillo de nuevas… y a pesar de ser primeras escuchas me
entro en vena perfectamente, siento no poder referirme apenas a ellas porque al
no saber su titulo no me ha quedado recuerdo preciso que asociar a ellas) y Kid
A, con alguna de Amnesiac, tres de Ok,
Computer (Lucky, Paranoid Android y, claro, Karma Police) y dos de The Bends
(Fake Plastic Trees, espeluznante, con todo el mundo gritando el It wears me
out, it wears me out… if i could be who you wanted all the time… hasta
dejarle susurrarlo por ultima vez; y una intensa version de una cancion que no
me gusta mucho, just (you do it to yourself)). Mirando los conciertos que hay en
Soulseek, veo que cambian el orden y la seleccion, y yo creo que tuve especial
suerte: tras una salida en falso, tocaron cuatro canciones, y tras tener a la
gente gritando un rato mas, otras dos, una de Hail (lo cual me parecio una
muestra de cojones, hacer un bis con algo de un disco que, se notaba, no todo el
personal conocia bien) y la otra Karma Police… y claro, despues de estar todo
el mundo cantando a voz en grito toda la cancion, como vas a pedirle mas (al
parecer el dia anterior habian tenido un cierre de signo opuesto, totalmente
anticlimatico, con dos canciones “flojas”… whatever that means). Curioso ver a
la gente enviando SMSs cada vez que empezaba una
cancion, levantando el movil para que la gente escuchara y, al final con Karma
Police, para que berrearan junto a la masa entregada y en extasis.
Thom Yorke es un monstruo. Precisamente por la conversacion que
habiamos tenido sobre conciertos y demas en Madrid, estaba mas atento al tema.
Resulta muy interesante compararlo con PJ. PJ ocupa el escenario con total
control sobre todo. En plan dominatrix, sin ironia, te canta a ti, se vacia las
entrannas sobre ti, que estas ahi aplastado. Verla cantar Rid of Me es
espeluznante por la violencia que descarga sobre ti. Nunca se olvida de que
tiene un publico delante, un tu al que se dirige siempre aunque no te mire y
vaya de aca para alla en el escenario en vez de quedarse quieta ante el micro.
Pero la relacion de
emisor-receptor y de poder es clara, te canta desde arriba y tu estas ahi
dandole las gracias por dejarte que la escuches (el de Coldplay, por contra, te
canta de igual a igual y mas bien te agradece que le hagas de terapeuta mientras
el reposa en el divan). Mientras, Thom Yorke despliega un comportamiento
bipolar. A veces, parece que esta haciendo de Thom Yorke, el de Radiohead,
mientras canta una cancion: despliega una ironica distancia imposible de
sennalar con precision pero visible. Y otras no te canta de desde arriba, ni de
frente, ni desde abajo, sino que le cantan a traves. Es decir, que parece un
aedo homericamente poseido por la musa, un Ion cualquiera, alguien que
simplemente canaliza musica que le esta llegando de no se sabe donde. Distancia,
personalidad, cero. Mero canal. Te arrastra y electriza la forma en la que se
mueve entonces por el escenario (en muchas de ellas, cuando no tiene la guitarra
ni el piano, claro, quizas las mas extremas The National Anthem e Idioteque), o
al dejarse arrastrar por lo que canta, como en trance (estremecedoras su Morning
Bell y Everything in its right place, su helado fraseo de los versos sobre el
limon de los cojones suenan con una compulsion maniaca en directo).
Pero luego tiene un dominio del escenario y del publico total, con trucos de
toda la vida, pero que se meten a la gente en el bolsillo al ir mas alla: su
italiano, minimo, pero lleno de sorna: sus obligatorios grazie, su come estai y
poco mas los decia con timidez de colegiala japonesa con faldita de tablitas,
calcetines altos y tetas a reventar, lleno de provocadora coqueteria; en un
instante le gritaron el equivalente a guapo, monstruo, o algo asi, y todo su
lenguaje corporal transmitia embarazo, corte, manos apretadas y pie de puntillas
en el suelo de ninna de seis annos. Y en un momento, sentado en el piano, con
una llaga de sudor manchandole la espalda de la camisa desde el cuello a la
cintura, se gira, sonrie y extiende los brazos en un comico y silencioso
“tachan!” que lo volvio adorable… entrannable como un telenneco. Gustavo,
mismamente. Sin presentar las canciones, ni decir mas, salvo en un momento dado,
con una cualquiera sin venir muy bien a cuento, “this is a cool song”, casi
hablando consigo mismo sorprendido de que pudiera haber escrito algo asi (y algo
de sorpresa hay, porque en el escenario sonaba casi como “The Bends” meets
blaxplotation (?)). Y para rematar el concierto, despues de que todos coreemos
Karma Police, de principio a fin, se largan todos, se queda el rezagado y suelta
a capella, como adios, for i minute there i lost myself, i lost myseeeeeeeelf,
dos veces… y adios.
La verdad, me dejo, a mi que soy un tarareador compulsivo, con Radiohead en los
labios el resto del viaje, en Siena, en Venecia y los dos ultimos dias en
Florencia, aeropuerto de Munich y Malaga. Y vuelto ya a la disposicion y uso de
mi coleccion, todas las canciones me parecen planas, no solo por una cuestion de
reproduccion tecnica, claro: absolutamente todas las canciones, salvo quiza
Paranoid Android por unos punteos medianamente bien resueltos al final por Jon
Greenwood (un mero detallito de nada) me parecieron igual o muy superiores a sus
versiones de estudio. Las de The Bends, igual; Lucky y Karma Police, porque la
comunion con la gente que cantaba junto a ti las volvio (aun mas)
estremecedoras, y las de Kid A y Amnesiac porque lo que quiza perdieran de
refinamiento sonoro (que tampoco era tanto) lo ganaban en una energia
avasalladora que falta en los dos discos, por mas que tengan otras virtudes. Y
en Hail, tras escucharlo hoy de cabo a rabo, no me impresiono como alli…
bueno, si, pero como te impresiona un disco maravilloso tocado en MP3 a traves
de los birriosos speakers para ordenadores que padezco. Curioso, fue tan intenso
que uno tenia la sensacion de que el tiempo desaparecia, que no existia nada mas
que Thom Yorke y sus muchachos en el escenario tocando cancion fabulosa tras
cancion fabulosa para ti y la gente que te rodeaba. Tenias la verdadera
sensacion de que no podia ser mejor. Eso tan raro en esta vida, esos momentos en
los que no queda nada por desear. Una verdadera sorpresa que a la salida no
habian pasado mas de dos horas, porque se sentian no como cuatro o seis o
cualquier numero: sencillamente te absorbia de tal manera que cualquier
conciencia de tiempo en el sentido de que en algun momento el concierto iba a
terminar e ibamos a salir de alli y hacer algo mas, que despues de un periodo de
tiempo habria mas tiempo a contabilizar en segmentos sucesivos que se
cancelarian unos a otros, esa conciencia de paso se diluia ante un tipo calvo y
canijo con barras de luz a sus espaldas.
En fin.